Puente de Las Bolas

El “Puente de las Bolas”, construido en el S. XVI (1599) permite el acceso de los viandantes al Castillo de San Gabriel, enclavado éste en un islote frente al casco antiguo de la ciudad, una posición estratégica para defenderla de los saqueos de piratas y sarracenos, muy frecuentes en la época.

Hoy que los ataques piratas a la isla provienen del interior, el puente y el castillo cumplen una función meramente ornamental. A fuerza de verlos día a día les hemos ido perdiendo la distancia y el respeto. Pero contemplados desde la perspectiva adecuada, como nos lo muestran estas fotografías, o con la curiosidad suficiente -como la tenía hace ahora aproximadamente cincuenta años don Leandro Perdomo- podríamos concluir junto a él que el Puente de Las Bolas y el Castillo de San Gabriel, igual que El Charco de San Ginés, como antes Las Cuatro Esquinas o Puerto Naos, forman parte de las señas de identidad de Arrecife. De la Arrecife tradicional y pesquera, árida, bulliciosa y socarrona, que nuestros padres y madres vivieron en blanco y negro, con viento, sin artificios, y casi virgen.

Justo como son, todavía hoy, El Puente de Las Bolas y el Castillo de San Gabriel.